El tiempo que quiso regresar y encontró otro camino

Dentro de las nuevas generaciones de artistas peruanos encontramos la obra de Sebastián Poggi que va desarrollándose de una manera madura con un sello muy personal. En su búsqueda, no tiene reparos en arriesgarse e ir probando nuevas formas para expresar sus inquietudes visuales, reinventando sus propios descubrimientos. Es así, que nos encontramos con un cuerpo de trabajo que va experimentando con sublimaciones, desarrollo de patrones que se inician con bocetos y que luego pasan al formato digital. En una segunda instancia se imprimen para luego ser intervenidas manualmente con formas geométricas y símbolos muy particulares.

Notamos en la propuesta de Sebastián Poggi diversas influencias, algunas de las culturas peruanas ancestrales como la Shipibo-Conibo. También vemos acercamientos a las culturas incaicas o pre-hispánicas y hasta aproximaciones con el movimiento Bauhaus. Las variables son muchas. El artista absorbe los diseños de su entorno y los va alimentando con su mundo interior, con esa mística propia generando una especie de mantras visuales próximas al movimiento Op Art que generan unos efectos que nos transportan a un espacio espiritual y metafísico. En cuanto al diseño y composición, sus obras son bien definidas y limpias incluyendo figuras geométricas que se integran o superponen a los patrones desarrollados en la superficie de la tela. Lo temporal también es un factor importante en su conceptualización que se ve reflejado en varios títulos de sus obras.

Su trabajo tiene varios planos de lectura, desde lo puramente estético hasta el encuentro con esa inquietud que trasciende lo bidimensional, llevándonos a diferentes épocas y sensaciones. Sus obras tienen ritmo, tienen musicalidad y nos llevan a una especie de trance. El arte de Poggi ha encontrado un camino profundo que le permitirá seguir desarrollando y presentarnos esa solidez en sus propuestas. Estamos ante un artista que está creando un lenguaje muy personal que seguirá definiendo con esa inquietud que lo caracteriza.

 

Joseph Firbas